Repetimos destino, aunque la primera vez no quedó patente en este nuestro blog, y además no llegamos realmente hasta el refugio por ignorancia de su existencia. Pasado el tiempo, y con investigación descubrimos su existencia y ponemos rumbo a su encuentro.
Intentamos salir prontito como siempre, pero también como siempre contamos con ligeros retrasos cuyo sumatorio nos hace salir más tarde de las 9 30...cuando nuestro objetivo real sería salir a las 9 00. ¡¡Pero que mas da!! Aparcando en "Los Asientos", salimos por unos senderos preliminares que nos hacen entrar en calor con un poco de diversión, no sin antes nuestra parada técnica de rigor para aguas menores, y ajustes sospechosos...
Empezamos la primera larga subida tras cruzar un pequeño riachuelo tras uno de los saltitos de la anterior zona. Empezamos a diferenciar ritmos de subida, cada uno a su gusto, nos cruzamos con animalicos y senderistas, también otros ciclistas...hay bastante gente...se nota que es domingo.
Recorremos unos últimos senderos antes de empezar las zetas de Valsaín, muy pronunciadas que encabritan la bici al "sielo", pero controlandola mediante equilibrios se intenta mantener. Cuando llego casi a la pista asfaltada veo pasar unos ciclistas. Claro, escogen el camino fácil, así cualquiera, y encima llevan bicis de rally, eso es más trampa aun. Si llevaran bicis de DH lo justifico pero así, ¡¡así es trampa total!!
Bueno, mientras subo la recta final por asfalto, Gisbert baja en mi búsqueda sobrado de fuerzas y falto de orientación...jejeje. Retomamos en paralelo, seguimos por el asfalto, saludamos a una pareja de senderistas que reponen fuerzas. Deberíamos reponer, pero mejor ir del tirón, ya tomamos algo tras la primera parte de la subida.
Seguimos entonces desviándonos más alante por una pista de tierra que sube hacia nuestro destino. Cogiendo un sendero que sale a la izquierda de la pista, nos metemos en el GR que lleva directo al refugio, transitado por varios grupos de senderistas, y bien marcado el sendero por su uso y por los hitos de piedras, vamos avanzando mientras se nos muestra el espectacular y maravilloso paisaje que suele haber en las alturas de las montañas. Este sendero se convierte en un pequeño sedero flow de ligera subida muy ameno cuando se está en forma que permite hacer giros, ir rápido, tomar pequeños peraltes y que te silven los árboles al pasar a su lado.
Hacemos una foto de grupo aprovechando que nos alcanzan dos senderistas que habíamos rebasado unos metros atrás, y continuamos hasta llegar a un riachuelo de alta montaña, que nos sirve para amenizar la ruta y entretenernos un rato saltándolo y salpicando de agua...
Al fondo se divisa lo que puede ser el refugio. Siguiendo por el sendero a la vez que nos deleitamos con el paisaje me hace sentir pletórico y lleno de vida. Los problemas se vuelven insignificantes, nada que no esté ahí no ocurre. Sólo existe ese momento...Hemos llegado al refugio.
Reponemos, ahora si que si, fuerzas, hacemos unas fotillos de la pasarela de la moda, y tras un buen rato y charla con la pareja senderista que vimos anteriormente, deshacemos los pasos hechos volviendo por el mismo sendero, ahora de bajada, más rápido y divertido, hasta un punto donde nos salimos del camino hecho para continuar la ruta.
El sendero es de las mismas características, se empina hacia abajo...una prueba de control a alta velocidad que superamos sin problemas.
Pequeño gran repecho de subida que empezamos caminando pero por su longitud decidimos montarnos, que si no se hace eterno. Sin aliento llego al desvio donde se ven indicaciones de rutas, y cogemos el sendero que baja.
Este sendero es de los divertidos aunque técnicos, lo que implica que si estás ausente de maña se convierte en un pequeño martirio por tener que estar constantemente bajándote y subiéndote de la bici. Cruzamos la "fuente del montañero" por un paso resbaladizo y pedregoso que lo emplaza.
Llegamos al final de esta bajada, a un muro que separa del exterior los Jardines de La Granja. Hasta aquí mucha velocidad, pasos técnicos, momentos de gran virilidad, curvas extremas, y en concreto una zona digna de mención que por su extrema pendiente y cortados en mitad de ella, con las miradas atentas de dos parejas de senderitas, que justo en el momento estaban ahí, realizamos con mucha soltura y atrevimiento. Tras este momento de flipe, seguimos engorilaos sin parar, y los senderistas soltando exclamaciones de incredulidad. Pero siempre, con gran respeto, no pasamos a gran velocidad, sino que simplemente pasamos, que eso era lo complicado, y habiéndonos dado paso previamente, para así observar, imagino. De modo que le dimos espectáculo, ¡y encima nos aumentamos la autoestima!
En una parada intermedia de esta zona el olor a pastillas quemadas nos viene a la nariz, seguimos para abajo, esta vez bajo la mirada de unos rallymen que se encuentran abajo. Tras terminar continuamos por un sedero de los de pasos técnicos mientras debatimos si los ateriores ciclistas nos habrían insultado o "alabado" por haber bajado tan bien y rápido el paso anterior. Y digo esto por que mucha gente es muy dada a pensar insensateces de los ciclistas que van con rodilleras y coderas con bicis de doble recorrido aparentemente no pequeñas.
Y ahora si que si llegamos al muro de los Jardines de La Granja, rodamos por varios senderos muy rápidos de flow de la zona hasta salir a la carretera de asfalto, donde nos quitamos las protecciones y reponemos fuerzas para afrontar la segunda subida, de menor dificultad.
Con el calor, el cansancio y la ausencia de vegetación se hace cansada, me empieza a doler la cabeza del sudor y calor, pero nada me impide continuar como sea, hasta coronar el punto de infelxión. Por falta de ganas no nos desviamos para asomarnos a ver el paisaje, y continuamos la ruta por la parte de bajada, sencillita, hasta retomar con la primera parte de la primera subida, que ahora bajaremos.
Cuando nos queremos dar cuenta en lugar de bajar por el sedero super estrecho del río bajamos por donde subimos. En un punto nos desviamos para hacer el último sendero de la zona de montaña antes de llegar al pueblo de Valsaín.
El sendero se podría decir que es de los mejores de la zona en mi opinión. Un sendero estrecho, pero muy ciclable paralelo a un riachuelo revirado que va sorteando el arbolado, con contraperaltes constantes y raices y pasos técnicos.
Gisbert tiene la mala suerte de en un contraperalte resbalar con unas raíces y darse un bune castañazo, que por ausencia de rodilleras, se hace una herida y golpe considerable. Esta vez llevamos un minibotiquín que nos ayuda a limpiársela y protegerla tras el impacto y gritos de dolor.
Seguimos a un ritmo más tranquilo, Gisbert me deja ir delante para yo, que voy sin heridas de guerra, disfrute del sendero a tope.
Llegamos al pueblo, precioso sendero, lo cruzamos y lo vamos bordeando por detrás hasta el parking como si un buque recorriera la costa antes de atracar en el puerto. Nos vamos cruzando con toda la gente que ha salido a disfrutar de un día de campo en domingo. Llegamos al coche tras algún caballito para practicar y dar espectáculo, jeje, organizamos, recogemos y nos vamos.
¡Gran ruta, escasa de kilometraje que nos demuestra que en este tipo de terrenos es muy difícil hacer muchos kilómetros en una sola mañana!
Todas las fotos en nuestra Galería Picasa.
Datos de la Ruta:
Distancia 28km
Altura máxima 1892m
Altura mínima 1174m
Ascensión acumulada 1258m
Tiempo total 5h22'
Tiempo en movimiento 3h41'
Tiempo parado 1h41'
IBP y perfil.
By Puro.
martes, 21 de junio de 2011
martes, 7 de junio de 2011
La Pedriza: Los Porrones 02/06/2011
Jueves 2 de Junio, esta vez me toca a mi llevar el coche ya que el de Puro se encuentra en el taller. A las 8 de la mañana estoy como un clavo en su casa. Ultimamos los preparativos, montamos la bici en el coche y nos ponemos en marcha hacia La Pedriza. Cogimos algo de atasco, por lo que llegamos hacia las 9:30. Al llegar resulta que no somos los únicos jóvenes que deciden ir a la sierra: nos encontramos con unos cuantos chavales de nuestra edad. Nos peleamos con el portabicis y empezamos a lo que habiamos venido a hacer: montar en bici.
Salimos de Canto Cochino por la pista que sube hacia la Sierra de los Porrones. Una subida larga y tendida que dio pie a varias conversaciones trascendentales, muy propias de nuestras salidas. A lo largo de la subida nos adelantaron varios vehículos forestales sin frenar debidamente al rebasarnos, encolerizándonos, ya que no entendemos como este tipo de personas, que aparentemente tienen un cierto respeto por la naturaleza, actuaron de ese modo. Más adelante oímos el ruido de la maquinaria forestal, y justo antes del inicio de la subida final hacia los Porrones, nos encontramos con todo el colectivo forestal (obreros, agentes forestales, etc.), que contestando a nuestro saludo, nos permiten continuar.
Preocupados por no poder acceder al enlace (un sendero estrecho) hacia los Porrones, ya que se separa de la pista forestal y creemos que están a punto de prohibir (sino lo han prohibido ya) el uso de este tipo de vía a ciclistas, ya que nos podían ver, resultó que nos pasamos el enlace. Así que, paramos, reflexionamos, asumimos los riesgos y volvemos hacia el sendero, que se encuentra junto a los agentes forestales. A la que llegamos da la casualidad que todos se han ido y podemos iniciar la subida sin ningún impedimento.
En enlace estaba totalmente arrasado por las "tareas de limpieza forestal". Nos dividimos yendo Puro por el sendero en cuestión y yo por un arrastradero fruto de las máquinas. Nos encontramos un poco más alante para terminar juntos la subida, reponemos fuerzas, hacemos unas cuantas fotos y nos enfundamos las protecciones para emprender la bajada.
Iniciamos la bajada, Puro, emocionado, baja con gran fluidez mientras que yo me paro en muchos de los tramos complicados, como siempre, por falta de confianza.
Gisbert tiene que perder ese miedo a ciertos pasos técnicos, su problema es que los observa, y la mejor forma de hacerlos es sin pararse ni mirarlos primero, sino encontrárselos de repente.
Bueno, la bajada es de las de flow, pero nose por que motivos, vamos a trompicones, nunca conseguimos estar un rato del tirón encima de la bici.
Cuando parece que cogemos un poco de inercia y se anima la situación...en una pronunciada curva, tras un brutal frenazo, destalono un poco la cubierta delantera y pierdo mucha presión. Paramos para hinchar ruedas y seguimos. Pero como decido no hinchar la trasera, al rato, reviento la cubierta trasera...toca reparar...puede conmigo el desánimo. Menos mal que Gisbert está ahí conmigo para animarme y solucionar el problema rápidamente. Mientras reparamos, nos alcanzan unos señores preguntando que que pasaba, y sin sorpresa nos decían que normal lo que nos habñia pasado, al ver como bajábamos, por que mientras bajamos, nos crizamos con ellos en una especie de pista que cruzaba...yo les vi, pero no pude mirarles ni saludarles al bajar tan concentrado, además que no se encontraban en nuestra trayectoria ni cerca de ella.
Terminamos de reparar, y continuamos la marcha, alcanzando a los senderistas, despidiéndonos de ellos y continuando. Terminamos los útlimos senderos, más los que van atrochando la carretera de coches de la Pedriza.
Esto súltimos senderos se hacen amenos, pero ya se acaba la primera vuelta. Llegamos al aparcamiento. La ruta tenía que ser como mínimo un 8, pero la desgana se apodera de nosotros. Gisbert, además, el día anterior estuvo en el gimnasio tirando de piernas y estaba un poco petado.
Total, que terminamos la ruta dejándola en un paseo, y nos vamos al bar del aparcamiento a tomar unos refrescos y un poco de la comida que nos quedaba.
Todas las fotos en nuestra Galería Picasa.
Datos de la Ruta:
Distancia 15km
Altura máxima 1596m
Altura mínima 1011m
Ascensión acumulada 592m
Tiempo total 3h18'
Tiempo en movimiento 1h41'
Tiempo parado 1h37'
IBP y perfil.
By Puro & by Gisbert.
Salimos de Canto Cochino por la pista que sube hacia la Sierra de los Porrones. Una subida larga y tendida que dio pie a varias conversaciones trascendentales, muy propias de nuestras salidas. A lo largo de la subida nos adelantaron varios vehículos forestales sin frenar debidamente al rebasarnos, encolerizándonos, ya que no entendemos como este tipo de personas, que aparentemente tienen un cierto respeto por la naturaleza, actuaron de ese modo. Más adelante oímos el ruido de la maquinaria forestal, y justo antes del inicio de la subida final hacia los Porrones, nos encontramos con todo el colectivo forestal (obreros, agentes forestales, etc.), que contestando a nuestro saludo, nos permiten continuar.
Preocupados por no poder acceder al enlace (un sendero estrecho) hacia los Porrones, ya que se separa de la pista forestal y creemos que están a punto de prohibir (sino lo han prohibido ya) el uso de este tipo de vía a ciclistas, ya que nos podían ver, resultó que nos pasamos el enlace. Así que, paramos, reflexionamos, asumimos los riesgos y volvemos hacia el sendero, que se encuentra junto a los agentes forestales. A la que llegamos da la casualidad que todos se han ido y podemos iniciar la subida sin ningún impedimento.
En enlace estaba totalmente arrasado por las "tareas de limpieza forestal". Nos dividimos yendo Puro por el sendero en cuestión y yo por un arrastradero fruto de las máquinas. Nos encontramos un poco más alante para terminar juntos la subida, reponemos fuerzas, hacemos unas cuantas fotos y nos enfundamos las protecciones para emprender la bajada.
Iniciamos la bajada, Puro, emocionado, baja con gran fluidez mientras que yo me paro en muchos de los tramos complicados, como siempre, por falta de confianza.
Gisbert tiene que perder ese miedo a ciertos pasos técnicos, su problema es que los observa, y la mejor forma de hacerlos es sin pararse ni mirarlos primero, sino encontrárselos de repente.
Bueno, la bajada es de las de flow, pero nose por que motivos, vamos a trompicones, nunca conseguimos estar un rato del tirón encima de la bici.
Cuando parece que cogemos un poco de inercia y se anima la situación...en una pronunciada curva, tras un brutal frenazo, destalono un poco la cubierta delantera y pierdo mucha presión. Paramos para hinchar ruedas y seguimos. Pero como decido no hinchar la trasera, al rato, reviento la cubierta trasera...toca reparar...puede conmigo el desánimo. Menos mal que Gisbert está ahí conmigo para animarme y solucionar el problema rápidamente. Mientras reparamos, nos alcanzan unos señores preguntando que que pasaba, y sin sorpresa nos decían que normal lo que nos habñia pasado, al ver como bajábamos, por que mientras bajamos, nos crizamos con ellos en una especie de pista que cruzaba...yo les vi, pero no pude mirarles ni saludarles al bajar tan concentrado, además que no se encontraban en nuestra trayectoria ni cerca de ella.
Terminamos de reparar, y continuamos la marcha, alcanzando a los senderistas, despidiéndonos de ellos y continuando. Terminamos los útlimos senderos, más los que van atrochando la carretera de coches de la Pedriza.
Esto súltimos senderos se hacen amenos, pero ya se acaba la primera vuelta. Llegamos al aparcamiento. La ruta tenía que ser como mínimo un 8, pero la desgana se apodera de nosotros. Gisbert, además, el día anterior estuvo en el gimnasio tirando de piernas y estaba un poco petado.
Total, que terminamos la ruta dejándola en un paseo, y nos vamos al bar del aparcamiento a tomar unos refrescos y un poco de la comida que nos quedaba.
Todas las fotos en nuestra Galería Picasa.
Datos de la Ruta:
Distancia 15km
Altura máxima 1596m
Altura mínima 1011m
Ascensión acumulada 592m
Tiempo total 3h18'
Tiempo en movimiento 1h41'
Tiempo parado 1h37'
IBP y perfil.
By Puro & by Gisbert.
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